El proyecto Consell Comarcal UPE nace de la necesidad de acompañar a personas que, durante el confinamiento, habían sido atendidas en el Centro de Emergencia que se creó para acoger a aquellas que no tenían hogar, a fin de retomar su proceso de recuperación e inclusión comunitaria cuando acabó el aislamiento domiciliario.

El Consell Comarcal consideró el equipo de la Unidad de Prevención de la Exclusió (UPE) de Maresme Continuum idóneo para llevar a cabo esta tarea gracias a su manera de trabajar y de entender el acompañamiento a personas: realizando una atención transversal.  Así, un total de 7 usuarios/as han sido atendidos por Anna, profesional de la Comunitat Terapèutica del Maresme muy próxima a la UPE.

El público objetivo de la UPE son personas jóvenes (de 16 a 30 años), empadronadas en la comarca del Maresme y con una problemática de salud mental pero, aun así, las características de la tarea que realizan las profesionales del equipo y su manera de trabajar las hicieron ideales para tirar adelante este programa. El proyecto Consell Comarcal UPE requería del mismo tipo de atención pero con un perfil más amplio de personas usuarias.

 

La atención intersectorial de la UPE, clave para atender a este colectivo

La Unidad de Prevención a la Exclusión (UPE) atiende a las personas usuarias basándose en una visión holística de la persona, entendiéndola como un todo. Así, realiza un acompañamiento integral, no desde una vertiente únicamente sanitaria, sino teniendo en cuenta también aspectos sociales, culturales, emocionales, etc. Trabaja a partir de itinerarios individualizados incidiendo en dimensiones como las relaciones interpersonales, el desarrollo personal, el bienestar físico y emocional y la autodeterminación. Así, su atención es intersectorial.

 

La creación de la demanda y la búsqueda de recursos adecuados: valor diferencial de la UPE

A la atención que realiza la Unidad de Prevención a la Exclusión (UPE) a menudo hay una tarea previa vital para definir el recorrido que seguirá cada persona: la creación de la demanda. Muchos/as usuarios/as no saben exactamente qué les pasa ni tampoco reconocen el origen de sus malestares. Las profesionales de la UPE los ayuda a entenderlo y a definir las necesidades que tienen que cubrir. Asimismo, les ofrecen herramientas para hacerlo, acompañádolas en todo su proceso de recuperación. Estas se materializarán en recursos a los que asistir, actividades a realizar, etc. teniendo en cuenta las necesidades particulares de la persona y el fondo de éstas.

Si bien es cierto que tenemos un gran engranaje de recursos en el territorio para ayudar a los colectivos en riesgo de exclusión, a menudo están orientados a fines muy concretos, como pueden ser la atención psicológica o la inserción laboral. Muchas personas usuarias pasan de un recurso a otro sin resolver el fondo del problema. La UPE, precisamente, busca conseguir que cada persona siga un recorrido hecho a medida que la ayude en todas las vertientes de su vida para alcanzar la máxima recuperación y autonomía. Tal y como explica Helena Guallar, coordinadora de la UPE: “La UPE es como un campamento base. Hay muchos recursos pero lo que buscamos es aquello concreto”. Y añade que mucha gente no encaja al 100% a uno de ellos y pasa de uno a otro sin resolver la problemática que hay detrás.

En definitiva, el proyecto Consell Comarcal UPE ha seguido la línea de trabajo y metodología definitorias de la UPE, basadas en la transversalidad, la intersectorialidad y en entender la persona como un todo, aplicándolo a un colectivo más amplio. Esta experiencia ha puesto de manifiesto que se pueden atender a colectivos con particularidades y necesidades variadas con estas máximas, teniendo como resultado la mejora de su calidad de vida en distintas vertientes.