Estamos llegando al fin de este año tan extraordinario y empezamos a hacer balance. El de La Klosca, el CET de producción de huevos ecológicos  del CFP Maresme, es muy positivo.

Ya hace años que empezó su camino con la voluntad de ser respetuosa con el medio ambiente (y los animales) y ofrecer un producto ecológico de calidad. Asimismo, La Klosca cuenta con un equipo de trabajo estable, de personas que tienen una problemática de salud mental, apostando por la inserción laboral de este colectivo; la máxima de su existencia como Centro Especial de Trabajo.

 

Las tiendas y el pequeño comercio, la clave de la mejora durante el confinamiento

La Klosca, como servicio esencial, continuó activa en todo momento durante los meses de confinamiento. Pendientes de cómo evolucionarían los pedidos se encontró con una realidad inesperada pues, aunque perdieron clientes donde se servía producto a granel debido al cierre de diversos establecimientos, principalmente cocinas de restaurantes, experimentó una subida en los pedidos de tiendas y pequeño comercio. Tal y como afirma Jaume Rodon, director de La Klosca: “Este fenómeno nos permitió adaptarnos con cierta comodidad a la crisis sanitaria». La gente hacía más comidas en casa, incluyendo talleres familiares de repostería y pasteles, lo que aumentó ligeramente la demanda de huevo.

 

Colaboraciones entre entidades, siempre sumando

La Klosca está siempre potenciando las visitas de personas interesadas en conocer su funcionamiento para explicar qué hay detrás de una granja ecológica y también dar a conocer la realidad de un Centro Especial de Trabajo.

Asimismo, se hacen colaboraciones con otras entidades. Este año cuatro personas vinculadas con Fundació el Maresme han sido voluntarias y han ayudado a hacer el mantenimiento de la granja. La experiencia fue muy positiva por ambas partes.

 

La transversalidad de los servicios del CFP, patente en La Klosca

El CFP Maresme cuenta con una transversalidad de servicios. A menudo, personas atendidas en un servicio realizan actividades conjuntas con usuarios/as de otros. Como entidad, buscamos dar una continuidad en la atención de personas y esta transversalidad y la búsqueda de fórmulas para ofrecer un recorrido de recuperación integral y/o de autonomía personal,  hace que La Klosca sea una pieza más de este engranaje. En esta línea, La Klosca ha contado con la ayuda de un joven vinculado con los recursos de Vivienda. Ha venido dos o tres días cada semana y ha realizado tareas del día a día de la granja, como recoger huevos, limpiar los gallineros o preparar los pedidos. Jaume Rodon destaca que ha tenido una muy buena actitud, que es muy buen trabajador y que le hubiera encantado contratarlo pero, por fortuna, ya ha encontrado trabajo.

 

Con todo, ha sido un año completamente excepcional y, en La Klosca, la valoración que se hace es positiva. Ha podido adaptarse a la crisis sanitaria, mantener el equipo y se ha dado a conocer trabajando la comunicación propia y ofreciendo un buen servicio que ha contado con la colaboración de personas de diversas entidades. Es una gran noticia que esta sea la realidad actual y la prueba de que, siguiendo por esta línea, podemos hacer frente a circumstancias adversas con flexibilidad y con un equipo profesional implicado.